Si Luis, a mí también
me duele el alma,
y no puedo estar en calma
porque también a mí,
me duele una mujer
en todo el cuerpo,
y no consigo envejecer,
porque mi reloj se detuvo
desde que no está conmigo,
y ahora estoy contigo
compartiendo tu dolor.
Si Luis, a mí también
me delata su nombre,
y no puedo ser más hombre
porque también a mí,
me duele esa esquina
y no me atrevo a pasar,
y bajé las cortinas,
porque ya no hay amor
ni ansiedad, ni alivio,
ni siquiera un leve solivio,
porque ya no está su voz.
Si Luis, hoy me toca a mí
ser el amenazado
por las magias inútiles
de un amor acabado.
aclaración: muchas palabras robadas al gran Borges, porque nadie mejor que él para definir mejor los momentos. "El amenazado", del libro "El oro de los tigres" 1972
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