Una sonrisa, una caricia,
un poco de amor
en un frasquito de azafrán.
Un venidero sueño
que duerma mucho tiempo
y despierte eternidad.
Una tarde sin compromisos,
un adiós sin despedida,
un poco de verdad.
Flores en el jardín,
un patio enorme para tener
ratos de tranquilidad.
Papeles violetas con olor
que me permitan comprar
momentos de felicidad.
Compañías sinceras
que al llegar la noche
no me dejen en soledad.
Un buen vino en la mesa,
una cabeza en mi hombro,
una interminable amistad.
Una confianza irrompible,
con puertas siempre abiertas
respetando la libertad.
Una voz que nunca calle,
una vida sin miedos,
un diario descanso en paz.
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