Que fácil escapar del sol
cuando ya no quema,
la fortuna de abrir los ojos
pos ceguera extrema.
Alguien quemó tus labios de seda,
alguien te regaló otra canción,
alguien se escapó
antes que suceda,
alguien reemplazó
los recuerdos del cajón.
Ya no hay besos viejos
que avinagran noches,
ya no hay mas espejos
devolviendo reproches.
El dolor atroz
que calaba huesos
y tocaba el alma,
se volvió precoz
cuando labios gruesos
me trajeron calma,
y callaron mi voz.
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