Porque hay historias que merecen ser contadas...

Es hoy cuando decido aprovechar la bondad de internet para empezar a organizar una parte de mi vida. Alguien me comentó que había creado un blog para su mamá y lo vi como una buena alternativa de poner en orden un gusto que siempre tuve y nunca me animé a compartir masivamente, quizá porque en realidad no me considero bueno, sino simplemente un aficionado que encontró en la escritura una descarga, una terapia, y sobre todo una forma de no matar los recuerdos, porque a medida que pasa el tiempo, la memoria nos engaña.
No recuerdo cuando descubrí este gusto, pero fue hace mucho tiempo y gracias al amor por la enseñanza y la literatura de una profesora del secundario (Ana Machado), y porque algo merecía ser documentado de alguna manera, y para mi la palabra escrita es la mejor forma de trascender cualquier frontera, incluso cuando el tiempo, la vida, y la muerte nos condenan a un final anunciado. Porque sigo insistiendo en que hay cosas que son infinitas, y no todo termina cuando nos llega la hora, porque al límite de nuestra existencia lo determinamos nosotros mismos con lo cosechado en vida, y hay palabras que tienen miles de años y perduran gracias a que alguien las escribió en un papel, una piedra, una pared.
La literatura es un arte, y como todo arte es infinito. Muy lejos estoy yo de ser un artista, aunque en mi afán de escritor, alguna tuve la fantasía de que mucha gente llegara a leer lo que escribo con el mismo gusto con el que lo hago.
Soy desordenado por naturaleza, y en ese gran desorden perdí muchas cosas que escribí, nunca tuve un diario, bitácora, cuaderno, archivo, ni nada que conserve lo que fui escribiendo, y lamento haber perdido una parte de esos recuerdos que no merecen morir. Por eso es que decidí desde hoy recopilar mi material en un blog.
Porque internet es la herramienta mas usada del mundo, porque así voy a dejar perder lo que voy escribiendo, y porque quizá no cumpla ese sueño de que mucha gente lo lea, pero se que alguien lo va a leer y se va a encontrar entre mis recuerdos, y hasta quizá sonría de gusto.
Termino el prologo de mi blog con un GRACIAS a todas las personas que vayan a participar directa o indirectamente de él, porque cada día guarda mil historias que merecen ser contadas, y yo lo hago "por el gusto de escribir".

viernes, 15 de mayo de 2009

Mónica, Incertidumbre Atemporal

Si quisiera hacer una crónica de nuestra historia, podría tratarse de una novela más extensa que una enciclopedia. Tres escenarios diferentes, tes momentos distintos, y mucha distancia de por medio. Fue poco el tiempo que compartimos juntos, pero nunca tan intensos. Horas de llamadas telefónicas cuando nos separaban miles de kilometros de distancia, y siempre un tema del que hablar. 
Nunca quedó más demostrado que las cosas suceden por algo, nunca creí más en las causalidades. No tengo otra duda mayor que la pregunta del millón, "¿Qué huebiera sido si...?". Quién sabe.
Lo que hoy publico es mi primer regalo a la mujer más parecida a mí que me crucé en toda mi vida. A la niña que una vez aseguró, conociéndome muy poco, ser mi ángel de la guarda. Afirmó sin dudar que nos volveríamos a ver y, en ninguna de las cosas que predijo se equivocó.
Ya publiqué en el blog "Extrañarte es...", "Pudiera" y "Palabras mudas", palabras que le pertenecen a ella y a nuestra historia de algunos dias eternos. Faltaban los primeros versos que le escribí luego de separarme de ella por primera vez, y acá están.
A Mónica, mi ángel de la guarda, y mi "Dama del Corte Inglés"...

"La Dama Del Corte Inglés"

Empieza un viaje a Madrid,
en el único tren de madrugada,
a la hora que me da por no dormir,
cuando hago consultas con la almohada.

Y me acuerdo de vos,
un encanto de española
que me dijo adiós
un rato después de decir hola.

Un toque fugaz y atrevido
con un par de días sin sueño
y un sello de "no hay olvido"
con besos que quedan sin dueño.

Joven de palabras inteligentes,
premio a miss simpatía,
con ideas claras, actitudes concientes
y un distinguido toque de ironía.

La mujer que no se enamora,
un encanto de ojos cristalinos
que guarda cordura a última hora,
y ríe al escuchar aires argentinos.

Una Dama del Corte Ingés,
correcta, elegante, convincente,
pero te dejaste una vez
una historieta pendiente.

Sinembargo no perdiste de vista
al modesto y humilde personaje,
caballero, impresentable, encantador, realista,
secuestrador frustrado, guía de viaje.

Pasajero del tren del amanecer,
Madrid a mi cama en medio minuto,
notario de tu promesa de volverme a ver
piloto de un sueño absoluto.

Porque el cansancio es psicológico
y te debía una canción,
porque aunque resulte lógico,
siempre se puede perder la razón.


(Nunca tuvimos el tiempo necesario para perder la cuenta de las cosas que tenemos en común, para cansarnos de reir, o de vernos; tampoco para calcular cuantos besos nos caben en la boca. Esta es una modesta y realista forma de expresar mi gratitud por hacer gracia de mi sutil locura)

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