A mi no me interesa
ponerle un precio,
ni mucho menos saber cuánto vale
tu disfraz de princesa.
No, realmente,
no tiene ninguna importancia
ni tus piernas, ni tu cintura,
ni tu boca, ni tu estatura,
que visten con elegancia
tu caminar..
ponerle un precio,
ni mucho menos saber cuánto vale
tu disfraz de princesa.
No, realmente,
no tiene ninguna importancia
ni tus piernas, ni tu cintura,
ni tu boca, ni tu estatura,
que visten con elegancia
tu caminar..
Perdona a los miserables
que hoy están perpetuados
en tu condena,
por “halagadores detestables”.
Si aún no saben
que es acaso tu sonrisa
un encanto de entrecasa,
una curva universal.
Es que ignoran por completo
eso que me enseñó Girondo,
es que no ven tu vuelo,
porque no saben mirar hacia arriba,
porque son luces de neón
las que iluminan su cielo.
en tu condena,
por “halagadores detestables”.
Si aún no saben
que es acaso tu sonrisa
un encanto de entrecasa,
una curva universal.
Es que ignoran por completo
eso que me enseñó Girondo,
es que no ven tu vuelo,
porque no saben mirar hacia arriba,
porque son luces de neón
las que iluminan su cielo.
No te duermas sin saber
que te queda un sueño nuevo,
no despiertes insegura
de tu capacidad de encanto,
en tu rol de mujer etérea.
No me olvides otra vez,
al menos no cuando amanezca,
porque a mi me gusta verte
cuando pega el brillo del sol
en tu dignidad,
y te permite mostrar
lo que hay detrás de tus ojos.
que te queda un sueño nuevo,
no despiertes insegura
de tu capacidad de encanto,
en tu rol de mujer etérea.
No me olvides otra vez,
al menos no cuando amanezca,
porque a mi me gusta verte
cuando pega el brillo del sol
en tu dignidad,
y te permite mostrar
lo que hay detrás de tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario