Porque hay historias que merecen ser contadas...

Es hoy cuando decido aprovechar la bondad de internet para empezar a organizar una parte de mi vida. Alguien me comentó que había creado un blog para su mamá y lo vi como una buena alternativa de poner en orden un gusto que siempre tuve y nunca me animé a compartir masivamente, quizá porque en realidad no me considero bueno, sino simplemente un aficionado que encontró en la escritura una descarga, una terapia, y sobre todo una forma de no matar los recuerdos, porque a medida que pasa el tiempo, la memoria nos engaña.
No recuerdo cuando descubrí este gusto, pero fue hace mucho tiempo y gracias al amor por la enseñanza y la literatura de una profesora del secundario (Ana Machado), y porque algo merecía ser documentado de alguna manera, y para mi la palabra escrita es la mejor forma de trascender cualquier frontera, incluso cuando el tiempo, la vida, y la muerte nos condenan a un final anunciado. Porque sigo insistiendo en que hay cosas que son infinitas, y no todo termina cuando nos llega la hora, porque al límite de nuestra existencia lo determinamos nosotros mismos con lo cosechado en vida, y hay palabras que tienen miles de años y perduran gracias a que alguien las escribió en un papel, una piedra, una pared.
La literatura es un arte, y como todo arte es infinito. Muy lejos estoy yo de ser un artista, aunque en mi afán de escritor, alguna tuve la fantasía de que mucha gente llegara a leer lo que escribo con el mismo gusto con el que lo hago.
Soy desordenado por naturaleza, y en ese gran desorden perdí muchas cosas que escribí, nunca tuve un diario, bitácora, cuaderno, archivo, ni nada que conserve lo que fui escribiendo, y lamento haber perdido una parte de esos recuerdos que no merecen morir. Por eso es que decidí desde hoy recopilar mi material en un blog.
Porque internet es la herramienta mas usada del mundo, porque así voy a dejar perder lo que voy escribiendo, y porque quizá no cumpla ese sueño de que mucha gente lo lea, pero se que alguien lo va a leer y se va a encontrar entre mis recuerdos, y hasta quizá sonría de gusto.
Termino el prologo de mi blog con un GRACIAS a todas las personas que vayan a participar directa o indirectamente de él, porque cada día guarda mil historias que merecen ser contadas, y yo lo hago "por el gusto de escribir".

sábado, 9 de junio de 2012

Not to be


Y se alejó, por las calles de tierra que entierran momentos felices  y te llenan de olvido, un rato después de haber sido ella por última vez. Salió a veranear en los últimos días de marzo y no regresó, para cuando el invierno se insinuó con un bisturí contando la piel, ella ya tenía un abrigo colgando en su espalda, y en su dignidad.
Nunca ni siquiera atinó a dar vuelta la cabeza para mirar hacia atrás. Su moral dibujó una sonrisa perfecta tras el eco de la última mentira, y los monstruos de la civilización, en un claro gesto de complicidad, cubrieron de cemento aquellas calles de tierra para que a nadie se le ocurra cavar y hurgar entre recuerdos felices, para que nunca se transformen en caminos de melancolía, todo en pos del progreso.
Y dejaron de ser. Los besos de pez antes de dormir, el mal humor al despertar, el gesto del tío antes de partir. Las vueltas de tuerca, las páginas en blanco, los abrazos de un oso polar. Las palabras que hacen la guerra, las lágrimas que salan los labios, los silencios que hacen la paz. Las mascotas rescatadas, la mano en el hombro, las medias con par. Dejaron de ser las palabras que dicen y dicen, que a base de promesas escriben historias de nunca acabar. Ahora al final de la calle hay un punto. 

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