Porque hay historias que merecen ser contadas...

Es hoy cuando decido aprovechar la bondad de internet para empezar a organizar una parte de mi vida. Alguien me comentó que había creado un blog para su mamá y lo vi como una buena alternativa de poner en orden un gusto que siempre tuve y nunca me animé a compartir masivamente, quizá porque en realidad no me considero bueno, sino simplemente un aficionado que encontró en la escritura una descarga, una terapia, y sobre todo una forma de no matar los recuerdos, porque a medida que pasa el tiempo, la memoria nos engaña.
No recuerdo cuando descubrí este gusto, pero fue hace mucho tiempo y gracias al amor por la enseñanza y la literatura de una profesora del secundario (Ana Machado), y porque algo merecía ser documentado de alguna manera, y para mi la palabra escrita es la mejor forma de trascender cualquier frontera, incluso cuando el tiempo, la vida, y la muerte nos condenan a un final anunciado. Porque sigo insistiendo en que hay cosas que son infinitas, y no todo termina cuando nos llega la hora, porque al límite de nuestra existencia lo determinamos nosotros mismos con lo cosechado en vida, y hay palabras que tienen miles de años y perduran gracias a que alguien las escribió en un papel, una piedra, una pared.
La literatura es un arte, y como todo arte es infinito. Muy lejos estoy yo de ser un artista, aunque en mi afán de escritor, alguna tuve la fantasía de que mucha gente llegara a leer lo que escribo con el mismo gusto con el que lo hago.
Soy desordenado por naturaleza, y en ese gran desorden perdí muchas cosas que escribí, nunca tuve un diario, bitácora, cuaderno, archivo, ni nada que conserve lo que fui escribiendo, y lamento haber perdido una parte de esos recuerdos que no merecen morir. Por eso es que decidí desde hoy recopilar mi material en un blog.
Porque internet es la herramienta mas usada del mundo, porque así voy a dejar perder lo que voy escribiendo, y porque quizá no cumpla ese sueño de que mucha gente lo lea, pero se que alguien lo va a leer y se va a encontrar entre mis recuerdos, y hasta quizá sonría de gusto.
Termino el prologo de mi blog con un GRACIAS a todas las personas que vayan a participar directa o indirectamente de él, porque cada día guarda mil historias que merecen ser contadas, y yo lo hago "por el gusto de escribir".

martes, 9 de marzo de 2010

Redundando

Si aún sigo redundando en un te quiero que,
insignificante se derrumba,
a los pies de lo que siento en realidad,
es a causa de mi incapacidad de encontrar,
escribir,
inventar,
descubrir,
ese adjetivo que solo te merece a vos.

Es la falta de canciones,
un síndrome de la hoja en blanco,
cargada de una sobra de razones
que me dejan callado,
dormido y encantado
de tenerte al lado mío.

Es el producto de lo desconocido.
La rareza de amigarse a la fortuna
y olvidarse del pasado.
La rutina que se muere
con sabina en un estadio,
o en un amanecer de Pinamar.

Es el miedo de soñar que es cierto,
que vale la pena dar sin esperar nada a cambio,
que todo vuelve y te premia la verdad.

Es la falta de costumbre
de dormir acurrucado
y respirar felicidad.
Es lo cursi en mis palabras.

Es mi voluntad
de ser ese gesto en tu boca
antes de un beso.

O quizá es un simple "te quiero"
queriendo decirte sin idas ni vueltas,
que soy apenas un tipo
feliz y encantado
de conocerse distinto
en el reflejo de tus ojos.

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